Por Lucas Damián Reyes
Desde su independencia, nuestro país fué sometido a ocupar el precario rol de exportador de materias primas en el por entonces nuevo mundo capitalista que hoy vemos en decadencia y descomposición. En este periodo, un puñado de países lograron industrializarse y mejorar la calidad de vida de su población, mientras sometieron mediante intervenciones militares o intervenciones en la política interior a la gran mayoría de países del mundo a proveer las materias primas necesarias para su producción industrial.
Pero este siglo asistimos a la construcción de un nuevo mundo, de una nueva revolución industrial y a la oportunidad de poder vernos beneficiados en un nuevo orden internacional de cooperación, desarrollo y paz. Las últimas décadas estuvieron marcadas por la construcción de una nueva gobernanza en el mundo gracias al surgimiento de potencias emergentes en el Sur Global, que construyeron los BRICS bajo los valores del Ganar-Ganar, la cooperación, la paz y la gobernanza mundial, en oposición al sistema de relaciones internacionales de vasallaje de “la periferia” a los “países centrales”, la competencia asimétrica, la guerra y el unilateralismo que aún imperan.
Pero por dogmatismo ideológico y sobre todo por la vocación de sometimiento a EE.UU y Reino Unido (enemigos declarados de la Argentina), la derecha en el gobierno de Macri nos hizo perder la oportunidad de incorporarnos en el BRICS como había negociado la presidenta Cristina Kirchner. Y el BRICSA, como ya circulaba en varios medios, no fué. Y nos perdimos de entrar en un bloque económico con nuestros dos principales socios comerciales en donde prima el principio de cooperación pragmática, más allá de las ideologías, para seguir siendo un país satélite de EE.UU y RU, sin ningún beneficio para nuestro país más allá del endeudamiento histórico con el FMI que no se vió en ninguna obra para nuestro desarrollo y que condiciona aún nuestra política interna.
Sin embargo, este año se abrió una nueva oportunidad, en la que ya no tendríamos el privilegio de ser los únicos en ingresar al bloque de potencias emergentes, sino que nos incorporaríamos junto con otros países como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Egipto y Etiopía. La incorporación se haría oficial el 1ro de enero del 2024, pero una vez más la derecha a través del gobierno de Javier Milei quiere anteponer los intereses de occidente por sobre los nacionales. Para seguir alineados con la OTAN que ocupa nuestras Islas Malvinas, el gobierno traidor a la patria dice a través de la canciller Diana Mondino que rechaza el ingreso a los BRICS aunque aún sin hacerlo oficial.
Por este motivo comprendemos que es importante difundir sobre los beneficios para nuestro país de romper la sumisa alineación con occidente y unirnos efectivamente a esta verdadera rebelión del Sur Global:
Economía
Los BRICS representan el 25,7 % del PBI mundial, el 42% de la población, más del 16% del comercio mundial y cerca del 20 % de las inversiones a nivel global. Brasil, China e India están en el top 5 de los principales socios comerciales de la Argentina. Brasil además es el principal destino de las exportaciones del complejo automotriz y triguero, y el segundo del complejo petrolero-petroquímico, India y China son, respectivamente, el primero y segundo mayor comprador de soja de nuestro país.
Con las nuevas incorporaciones, los BRICS ya tendrían más poder económico que las potencias occidentales del G7. Todo un cambio de época del que podemos quedar afuera por el pensamiento colonial de la derecha argentina. Gráfico de Sputnik.
Además los BRICS cuentan con una entidad financiera multilateral: el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), lo que es una oportunidad para que la Argentina acceda a nuevos créditos internacionales y, al mismo tiempo, diversificar la cartera de financiamiento externo con una entidad que además no es injerecionista en los asuntos internos de los países deudores.
Argentina tiene que recuperar su vocación industrialista y pensar en qué ramas industriales tenemos potencialidad de ser competitivos. Como por ejemplo la energía nuclear. Pero para eso también es importante salir del vasallaje occidental que no nos permite hacerlo porque nuestro rol en ese mundo es proveer de materia prima a los países centrales para comprarles nosotros sus productos manufacturados. A colación de esto, es importante recordar que por ejemplo, Egipto -uno de los ingresantes al BRICS para enero en 1997 fué el primer país en adquirir un reactor nuclear fabricado por el INVAP.
Además, el proceso de desdolarización que está llevando el bloque puede sernos muy beneficioso dada nuestra dependencia al dólar, poder comercial en nuestras monedas nacionales fortalecería nuestro peso y diversificaría nuestras reservas con otras divisas, fundamentalmente con yuanes, con los que le pagamos al FMI recientemente por ejemplo. Esto nos daría más garantías en un contexto donde el dólar está perdiendo su hegemonía justamente gracias a esta rebelión del Sur Global que no acepta más al dólar como única divisa indiscutible para el comercio internacional.
Geopolítica
Argentina es el 8vo país más grande del mundo en extensión territorial. Somos la tercera potencia de Iberoamérica y la segunda de América del Sur. Tenemos conflictos territoriales ni más ni menos que con el Reino Unido en Malvinas, Islas del Atlántico Sur y sus costas que pertenecen al Mar Argentino y por la soberanía de la Antártida Argentina. Sin dudas tenemos intereses estratégicos como nación por los que velar. En toda nuestra historia sometidos al bloque occidental nunca pudimos tener un lugar en el mundo correspondiente con nuestra potencialidad que nos permitiera defender nuestros intereses. Nuestros “aliados” nunca nos apoyaron en nuestros reclamos territoriales con el Reino Unido que sí es un país importante para occidente.
En este sentido, los BRICS también representan una instancia multilateral de peso desde la cual amplificar y fortalecer el reclamo argentino de soberanía sobre las Islas Malvinas. De hecho, todos los países del bloque apoyan la posición argentina e instan al Reino Unido a sentarse a negociar, tal cual lo establece la Resolución 2065 de Naciones Unidas.
Por otro lado, varios de los países miembros de los BRICS están entre los principales proveedores de armamento y tecnología de defensa a nivel global. En Argentina se está debatiendo la adquisición de capacidades militares, como aviones de combate y submarinos, pero constantemente se enfrenta al llamado “veto inglés” (un mecanismo mediante el cual el Reino Unido puede bloquear la venta de armamento que incluya algún tipo de tecnología desarrollada por alguna empresa británica). Al existir una limitación para la obtención de medios militares producidos por países de Occidente, estar en los BRICS puede generar mejores condiciones para adquirir tecnología de defensa que producen los países del bloque y lograr una mayor diversificación del sistema de defensa nacional.
Para defender nuestros intereses estratégicos es imperioso dejar de ser un Estado satélite de Estados Unidos y cooperar con el bloque de países con economías emergentes que estuvieron en la misma situación que nosotros, para desarrollarnos y ayudar a desarrollarse a los países que sufrieron como nosotros la bota yanqui o inglesa sobre nuestro crecimiento.
Integración Iberoamericana
Si nos integramos, los BRICS tendrían como miembros a los dos principales socios del Mercosur. Esto afianza la alianza estratégica entre Argentina y Brasil y permite que el Mercosur tenga mayor representación en el bloque de potencias emergentes. Asimismo, al igual que sucedió en otras instancias —como en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas o el G20— permite que la Argentina y Brasil articulen posiciones conjuntas y expresen una voz común frente a problemáticas globales y asuntos de interés estratégico para la región.
Por otro lado, también reforzaría la el vínculo de la CELAC con China a través de Argentina y Brasil, permitiendo un diálogo más fluido entre la región y China en materia no solo de inversiones y promoción de nuestros productos en el mercado más grande del mundo, si no en materia de infraestructura que es un área con muchas deficiencias y en el que estamos muy atrasados como región. Hay que ver cómo los países africanos y en centroamérica están ya viéndose beneficiados por los proyectos de infraestructura que están llevando adelante el gobierno chino en sus países.
Identificación con el Sur Global y cooperación Sur-Sur
La participación de la Argentina en los BRICS refuerza la identidad del país como parte del Sur Global. Estar en los BRICS permite afianzar la cooperación Sur-Sur como herramienta de desarrollo y mecanismo para abordar problemáticas comunes de este grupo de países bajo principios de no intervención en asuntos internos, mayor horizontalidad entre Estados y la necesidad de implementar reformas en el sistema económico internacional que favorezcan a los países del Sur.
Por todo lo expuesto, es necesario avanzar en tener consensos que trasciendan la polarización política en el sentido de la defensa de nuestros intereses estratégicos. Los BRICS tienen que ser una política de Estado, como lo es en los países miembros como Brasil, que a pesar de pasar de Dilma, a Temer, después a Bolsonaro y ahora a Lula, nunca abandonaron el bloque porque priorizaron sus intereses nacionales, lo que los llevó a ser un país exitoso que hoy superó a Canadá como la 9na economía del mundo. Así como India que a pesar de tener un gobierno de derecha y de tener serios conflictos territoriales con China, son pragmáticos y están pasando de ser un país atrasado a ser una potencia moderna. El camino para hacer grande a la Argentina es superar la mentalidad colonial y super ideologizada para pasar a poner a la Argentina y a sus intereses por sobre todo lo demás.