Dictan la prisión preventiva para los cuatro imputados por el robo a la casa del jubilado en Quilmes

Los cuatro sospechosos de haber ingresado a robar el mes pasado a la casa de Jorge Ríos, el herrero jubilado que luego persiguió y mató de un balazo a un quinto cómplice a unos 50 metros de su vivienda, continuarán con prisión preventiva, según lo determinó un juez de Garantías de Quilmes.

Se trata de los detenidos Christian Javier “Dibu” Chara (23), David Ezequiel Córdoba (25), Martín Ariel “Perro” Salto (27) y Claudio Nicolás “El Enano” Dahmer (27), quienes están acusados de ser coautores de los delitos de “hurto agravado por su perpetración con escalamiento y robo agravado por el empleo de arma, en grado de tentativa, en concurso real entre sí”.

De esta manera, el juez de Garantías 2 del Departamento Judicial de Quilmes, Martín Miguel Nolfi, avaló el pedido del fiscal Ariel Rivas, quien había solicitado la prisión preventiva de los imputados ya que la expectativa de pena que tiene el delito que se les imputad prevé «una condena de prisión efectiva» y que existe un peligro de fuga.

«La magnitud de la pena que podría corresponderles, entonces, hace presunción fundada de que es legítimo y necesario asegurar la más eficiente administración de justicia a través de la medida cautelar que a su respecto reclama la Fiscalía actuante, persuadido de que tal amenaza punitiva significaría en el ánimo de los aquí detenidos un motivo suficiente para evadir la actividad judicial», señaló el juez Nolfi en su escrito, al que tuvo acceso Télam.

En tanto, en el marco del expediente, también está imputado aunque sin prisión preventiva el dueño de la casa asaltada, el jubilado Jorge Ríos (71), como autor del delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” de Franco Martín Moreyra (26), alias «Piolo», el quinto integrante de la banda que ingresó a su vivienda a robar.

Según describió el juez en su resolución, los hechos ocurrieron entre las 4 y las 4.50 de la madrugada del 17 de julio pasado en una casa de la calle Ayolas al 2700, en Quilmes Oeste, cuando cinco jóvenes “escalaron las rejas perimetrales -de una altura aproximada de dos metros- que posee la vivienda” e ingresaron a un taller ubicado en los fondos de la propiedad, «de donde se apoderaron de una bicicleta mountain bike rodado 26, de color gris, y de una cortadora de césped».

Luego, los mismos asaltantes regresaron cerca de las 4.30 pero ingresaron al domicilio, donde intimidaron a Ríos, “a quien agredieron mediante el uso de un destornillador, causándole a la víctima heridas en el dorso de la mano derecha, antebrazo derecho, codo derecho, muñeca derecha y en región pectoral y frontal, e intentaron desapoderarlo ilegítimamente de cosas de valor existentes en la propiedad”.

Sin embargo, los ladrones no pudieron lograr su objetivo porque, según el juez, quedó acreditado que Ríos “opuso resistencia armada (una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros), poniendo en fuga a los ladrones”.

En las imágenes de las cámaras de seguridad que registraron el episodio -y son prueba clave en el expediente-, se ve que uno de los ladrones, luego identificado como Moreyra, quedó rezagado del resto de la banda porque estaba herido en un tobillo y trató de huir rengueando hasta que cayó a la vuelta de la esquina.

En la resolución quedó descripto que se escucharon una serie de detonaciones mientras un testigo observó a Ríos dándole puntapiés a Moreyra, quien yacía en el piso, mientras decía “ya me tienen cansado, es la tercera vez que me roban».

Personal policial arribó minutos después tras un llamado al 911 y encontró tres vainas servidas en el lugar del hecho correspondientes a un arma calibre 9 milímetros.

La autopsia al cuerpo de “Piolo” Moreyra indicó que el delincuente recibió dos balazos, uno en el tórax y otro en la región abdominal que le causó la muerte.

En tanto, en la vivienda del jubilado se encontró el Documento Nacional de Identidad de Moreyra, y además se secuestraron dos credenciales de legítimo usuario y de tenencia de armas de fuego, y la pistola calibre 9 milímetros.

En tanto, en el patio se halló un destornillador de 30 centímetros de longitud y un mango envuelto en cinta, cinco vainas servidas calibre 9mm, y se observó sobre la pared lindante un impacto de proyectil de arma de fuego.

Por la muerte de Moreyra, Rivas estuvo 12 días detenido, primero en una comisaría y luego con prisión domiciliaria, hasta que el fiscal pidió el cese de su detención por el estado de salud del imputado y porque advertía que no había riesgos procesales de fuga o entorpecimiento de la investigación.

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