El contagio de coronavirus del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, incorporó al debate estadounidense y mundial un nombre prácticamente desconocido hasta la fecha, el Regeneron, un tratamiento aún experimental que busca reducir la carga viral y aliviar los síntomas no hospitalizados con Covid-19.

El cóctel REGN-COV2, que fue administrado a Trump durante su internación y que luego éste calificó como «una cura», se encuentra en etapa de investigación, ya pasó por las fases 1, 2 y 3 de ensayo y fue probado en 275 pacientes, todos con Covid-19, según los datos preliminares difundidos por la compañía.

La empresa a cargo del cóctel informó que su desarrollo y fabricación fueron financiados con fondos federales del Gobierno de Estados Unidos y se trata de «una combinación de dos anticuerpos monoclonales diseñado específicamente para bloquear el poder de infección del SARS-CoV-2, el virus que causa la Covid-19», reprodujo la agencia de noticias EFE.

El cóctel en cuestión reduce la carga viral y alivia los síntomas en pacientes no hospitalizados con Covid-19.

Durante las etapas de prueba, los participantes voluntarios fueron divididos en tres grupos: uno que recibió (al igual que Trump) una dosis única de 8 gramos, considerada la más alta; a otro se le suministró una infusión de 2,4 gramos; y el tercero solo obtuvo un placebo.

Para desarrollar el REGN-COV2, los científicos evaluaron miles de anticuerpos producidos por ratones, que habían sido modificados genéticamente para tener una respuesta inmune similar a la humana.

«El mayor beneficio del tratamiento se dio en los pacientes que no habían montado su propia respuesta inmune efectiva, lo que sugiere que el REGN-COV2 podría proporcionar un sustituto terapéutico a la respuesta inmune natural», explicó el presidente y director científico de Regeneron, George D. Yancopoulos.

Hasta que la agencia reguladora estadounidense, la Administración de Alimentos y Medicinas (FDA) dé su aprobación al medicamento, la única manera de acceder a ese tratamiento, es presentándose voluntario a ensayos clínicos.

La única excepción es el «uso compasivo» y solo se permite para pacientes en estado crítico o cuya vida esté en peligro.

Hoy, un día después de que Trump calificara al cóctel como «una cura», la empresa solicitó al Estado una «autorización de emergencia» para que el fármaco esté disponible a toda la población y vio sus acciones dispararse en la bolsa.

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